Una de aquellas noches, acurrucados para dormirse, Candelaria lo sorprendió:
- Ahora ya sabes por qué - dijo ella, acariciándole las manos-. Eso que siempre te ha preocupado todos estos años, ahora ya sabes por qué.- Yo....- intentó responder él.
- Sshhh, no hace falta que digas nada. Yo siempre lo supé - seguía hablando Candelaria, abrazándolo por la cintura con ternura , apoyando la cabeza en su pecho -. Siempre has sido bueno conmigo y me quieres tanto. Tienes una luz interior que me ilumina. Puede que no me entiendas algunas veces, y hasta que seas más nuevo que yo, pero estás presente en todos mis sueños desde que te conocí. Nunca he tenido dudas de que es contigo con quien quiero estar.
Ahora Lorenzo no hacía ningún esfuerzo por hablar, sólo quería escucharla a ella. En aquel momento, era el hombre más feliz del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario