La agenda del camino (V):
El día de la Concepción alcanzaron un río poco caudaloso que llevaba pesca, ya que vieron barcas de pescadores navegando en ambas direcciones. Llegaron a mediodía y, aunque parecía un buen sitio para descansar, se dedicaron a la pesca y a preparar un resguardo en el que pasar la noche. No celebraron el día, pero sí se mantuvieron un buen rato junto al fuego antes de dormir, intentando encontrar una solución a sus problemas. Iban muy despacio, quedaban menos de cuatro semanas y no sabían lo que les quedaba aún por delante.
El día de la Concepción alcanzaron un río poco caudaloso que llevaba pesca, ya que vieron barcas de pescadores navegando en ambas direcciones. Llegaron a mediodía y, aunque parecía un buen sitio para descansar, se dedicaron a la pesca y a preparar un resguardo en el que pasar la noche. No celebraron el día, pero sí se mantuvieron un buen rato junto al fuego antes de dormir, intentando encontrar una solución a sus problemas. Iban muy despacio, quedaban menos de cuatro semanas y no sabían lo que les quedaba aún por delante.
–Candelaria, Lorenzo, tomamos una decisión entre todos –les dijeron, sorprendiéndolos una vez terminaron de cenar–. Candelaria va muy despacio, nos está retrasando y se nos acaba el tiempo...
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